viernes, 24 de agosto de 2012

JEREZ DE LA FRONTERA, Cádiz


La ciudad de Jerez de la Frontera tiene una población de aproximadamente 200.000 habitantes, ocupando el centro geográfico de la provincia andaluza de Cádiz, la más meridional de la península ibérica. Es una ciudad históricamente relacionada tanto con el mundo del caballo como con la viticultura, actualmente muy terciarizada por la crisis del sector bodeguero. Siendo el segundo término municipal más extenso de España, 1412 km², teniendo barriadas rurales a más de 30 kilómetros del centro urbano.
Según los arqueólogos Xera se hallaba en la Barriada de Mesas de Asta, a 12 km de la ciudad, cobrando importancia la ciudad con la llegada de contingentes romanos que fundaron Ceret. Los almohades fortificaron la ciudad, lo que no evitó que Alfonso X el Sabio la conquistase en el año 1264.
El actual trazado urbano quedó configurado en ese año, porque el rey entregó la ciudad a sus capitanes, en pago por participar en la campaña de Ronda, dividiendo Jerez de la Frontera en ocho barrios o colaciones, en cada uno de los cuales instaló una parroquia sobre alguna mezquita o edificio singular del mismo. En extramuros, junto a las dos puertas de acceso de la ciudad se instalaron las dos órdenes mendicantes, dominicos y franciscanos, agrupando a los artesanos en el lado oeste de la ciudad mientras los señores se situaban en el este.
Junto a la puerta, aún visible, del lado este se configuró una gran plaza pública que sirvió de mercado, de cementerio y de hipódromo. Este espacio abierto es hoy la Plaza del Arenal, centro de la ciudad.
A cierta distancia de este lugar emblemático se configuró la calle Francos, donde se instalaron a judíos procedentes del Algarve portugués con la promesa de que sus artículos comerciales quedaban "francos" de impuestos, de ahí el nombre de la calle.
Este esquema se mantiene actualmente, salvo que por el lógico crecimiento demográfico la ciudad se ha extendido horizontalmente. Por lo cual para moverse por esta ciudad basta con descubrir que sus barrios se articulan alrededor de sus medievales parroquias:

- SAN JUAN: Apodada de los Caballeros porque allí se refugiaron los caballeros jerezanos cuando los habitantes musulmanes de la ciudad se rebelaron. Lo más interesente su interior, en tres tramos, mudéjar, gótico y renacentista.

- SAN MIGUEL: Fundada, también, por Alfonso X, es un compendio de distintos estilos porque se terminó ya en el siglo XVIII. Es un modelo muy imitado de torre-fachada, teniendo la portada principal en la propia torre del campanario.

- SAN MATEO: La iglesia gótica más antigua de Jerez, con restos visibles de una mezquita anterior. Se halla en la plaza del Mercado, donde se instalaba el zoco, y donde las casas conservan sus estructuras medievales pues fueron las residencias de los mercaderes judíos. En esta mítica plaza fueron ejecutados los jornaleros de la Mano Negra, grupo anarquista a quienes se les aplicó el garrote vil en el primer juicio que se realizó en España utilizando el código penal.

- SAN LUCAS: Bastante cerca de San Mateo, junto a la ya inexistente cárcel de Belén y a la Inclusa, recubierta por elementos mudéjares y barrocos, siendo lo más interesante su ábside y su imagen del Cristo de las Tres Caídas. Era la iglesia de los más desesperados.

- SAN MARCOS: Del gótico final con algunos elementos mudéjares en sus capillas. Nave gótica con portada mudéjar.

- SAN DIONISIO: En medio del barrio más antiguo de Jerez con la trama urbana más enrevesada, lleno de rincones para pasear y disfrutar del clima soleado en alguna de las distintas terrazas. Es la iglesia donde se nota más su pasado de mezquita, reformada con elementos mudéjares pero de gran sencillez exterior. Custodia la imagen del patrón local.

- SANTIAGO: Inicialmente una ermita fundada por Alfonso X, se convirtió en la parroquia del barrio donde nació el flamenco. Del gótico final su diseño es muy purista. Custodia la imagen del Cristo del Prendimiento, atribuido a la Roldada, patrón de los gitanos.

A lo largo de la historia la localidad ha sido una ciudad de provincias hasta que en 1682 la filoxera destruyó los viñedos franceses y los ingleses incentivaron en esta comarca la implantación de la uva tipo Palomino, creando el sherry. La ciudad se llenó de casas palaciegas y se convirtió en el centro mundial del vino.
El alto precio del mismo y la competencia de los sucedáneos ha ido provocando que las bodegas vayan cerrando y que la ciudad, antes volcada hacia la Vendimia, hoy busque su futuro en los grandes eventos deportivos y en el turismo.
En este sentido es una ciudad con muchos alicientes, por cuanto su fisonomía mantiene su estructura medieval y las edificaciones nobiliarias y porque reúne muchos atractivos turísticos al ser cuna del flamenco, del caballo de raza española y del motor.

CÓMO LLEGAR
Por la moderación de las temperaturas (11º C de media en invierno, 25º C en verano) y las escasas precipitaciones no conviene llevar a la ciudad mucho equipaje. En caso de querer aumentarlo la calle principal de la misma, la calle Larga, es peatonal y con muchas tiendas de moda a buen precio.

La ciudad está bien comunicada: Aeropuerto a 7 kilómetros, estación ferroviaria (de gran belleza arquitectónica, de donde salió el primer tren español), líneas de autobuses y varias carreteras de acceso, entre las que destacan la autopista Sevilla-Jerez, la autovía Jerez-Cádiz y la autovía Jerez-Los Barrios. 


El mar se halla a 15 km, con playas de tipo atlántico (largas, anchas, arena fina, sin corrientes).
En cualquier caso no conviene moverse en vehículo por el centro de la ciudad, que se colapsa fácilmente al haber varias calles peatonales, sino hacerlo por alguna de las dos rondas de circunvalación. En este sentido es recomendable acudir a las Oficinas de Turismo Municipales, si se viene por el norte se puede recurrir a la que se halla en el mismo aeropuerto, si se procede de otra dirección a la que se halla en la Alameda Cristina.
Si lo que se pretende es una visita rápida conviene entrar en la ciudad por su acceso oeste, porque desde allí es posible aparcar fácilmente en el mismo centro urbano y hay muchos alicientes turísticos en poco espacio geográfico.


COSAS QUE VER

- CATEDRAL: Reutilizando una mezquita andalusí, construcción barroca del siglo XVII, con escalinatas de acceso y contrafuertes exteriores para sostener la alta nave central. El campanario está exento, utilizando el minarete musulmán. Al hallarse en la ladera de la loma más alta de Jerez puede ser contemplado desde abajo y desde arriba. En Semana Santa es uno de los puntos cruciales de las procesiones, que la atraviesan. Capillas de las Ánimas, del Cristo de la Viga, de la Inmaculada Concepción y del Sagrario. Cuadro de Zurbarán (La Virgen de niña) y de Juan Rodríguez el Tahonero.

- CARTUJA DE SANTA MARIA DE LA DEFENSION: Es el monumento más importante de la provincia de Cádiz. Monumento Nacional desde 1866 se halla a siete kilómetros del centro, junto al río Guadalete y durante muchos años acogió a la orden cartuja, precisamente la que creó el caballo cartujano o andaluz.

Construida en 1453 por el caballero Alvaro de Valeto, que fue enterrado en su iglesia. Lo más interesante la portada exterior renacentista de Andrés de Ribera y la portada plateresca de la iglesia interior.
El conjunto se divide en jardines exteriores, patio interior, iglesia, celdas de los monjes y talleres. La entrada ha estado prohibida a las mujeres hasta hace poco en que una orden femenina sustituyó a los cartujos. Los monjes contaban que la reina Isabel entró, por ser reina, a visitar el interior y que un monje fue marcando con una tiza por donde pisaba. Tras marcharse cambiaron todas las losas donde había pisado.
Es un lugar misterioso, donde se cuenta que existen galerías subterráneas secretas, propietarios hasta su ida de todas las tierras cercanas.

- ALCÁZAR: Conjunto amurallado de origen almohade, que en su visitable interior acoge la mezquita de la guardia mora, el palacio museo de Villavicencio, la Cámara Oscura, etcétera. Delante de sus torreones se halla la Alameda Vieja, paseo arbolado con templete y diversas actividades, y la entrada de visitas de la Bodega González Byass.

CIRCUITO DE VELOCIDAD: Que recuperó para España las pruebas de Fórmula 1 y dónde siempre hay algunas escuderías probando motores. Se inauguró en abril de 1986. Se halla en la barriada de Torremelgarejo, a diez kilómetros de la ciudad. La comunicación es buena porque se ha construido una autovía. Se puede visitar todos los días, de manera gratuita, aunque sólo se permite entrar en parte del graderío. Constantemente hay entrenamientos.

- ZOOBOTÁNICO ALBERTO DURAN: Es el tercero de España en extensión y el primero en recuperación de especies casi extinguidas, como por ejemplo el lince ibérico o el prehistórico caballo de Prezalwsky.

- EDIFICIOS PALACIEGOS: En la zona central de Jerez de la Frontera se concentran, la gran mayoría en la arteria principal de la ciudad; las más importantes residencias nobiliarias. En ellas se instalaron los capitanes de Alfonso X el Sabio a finales del siglo XIII. No es de extrañar la densidad de escudos nobles porque en 1264 la ciudad tuvo que ser repoblada tras sofocar la rebelión de sus habitantes y porque, tras la toma de Ronda, gran parte de las tropas se licenciaron en Jerez.

- REAL ESCUELA DE ARTE ECUESTRE: Donde se pueden visitar sus instalaciones y museos y presenciar el espectáculo "Cómo bailan los caballos andaluces".

- MUSEO ARQUEOLÓGICO : Con una biblioteca especializada, y con piezas tan notables como el casco griego del siglo VII a. C.

- PALACIO DEL TIEMPO: Museo de relojes antiguos que aún funcionan. Conviene ir a mediodía cuando todos suenan a la vez.

- BODEGAS: En cuyas visitas se puede aprender todo sobre el arte del vino.

- TABLAOS FLAMENCOS: Donde se puede contemplar un espectáculo mientras se cena. Desde aquí recomendaría el Tablao del Bereber.

Las numerosas fiestas locales, entre las que destacan la Feria del Caballo, donde todas las casetas son de acceso libre, las Grandes Pruebas de Motociclismo y de Fórmula 1, la Semana Santa y la salida de la Hermandad del Rocío.


PARA DORMIR Y COMER

La ciudad dispone de cuatro mil plazas hoteleras, la mayoría en hoteles de cuatro y cinco estrellas, pero son insuficientes para los grandes eventos. Conviene reservar antes de desplazarse. Los hoteles de más categoría se concentran en la Avenida de Pedro Domecq, la entrada de la ciudad desde el norte, frente al Recinto Ferial. En el centro urbano se concentran numerosos hoteles de dos y tres estrellas. Si tengo que recomendar alguno, por relación calidad/precio, recomendaría el Hotel Guadalete.

Comer es sencillo, hay muchas opciones. Si se busca un menú barato las ventas de los alrededores ofrecen calidad a buen precio. Si se busca cocina de restauración hay que recurrir a los fogones de los hoteles de la Avenida Pedro Domecq. Si se busca comida casera los restaurantes del centro están especializados en ello. Por todo el centro la costumbre es tapear, habiendo recibido los bares de Mercadería Vieja, en los soportales de la Plaza del Arenal, varios premios nacionales.
La gastronomía jerezana es muy variada, porque por la posición geográfica de la ciudad ha recibido influjos de numerosas culturas. Pescados de la bahía, mariscos, pescados de alta mar, crustáceos, carnes, verduras, legumbres, dulces de sabor andalusí, etcétera entre, por citar algunos, destacan:

- Berza gitana.
- Consomé al jerez.
- Riñones al jerez.
- Puchero.
- Ajo caliente.


LA OFERTA COMERCIAL

Jerez de la Frontera es la ciudad de España que tiene más superficies comerciales. Por ello su oferta es amplísima. La mayoría se ubican en las afueras de la ciudad formando un cordón que la rodea. En su arteria principal,
calle Larga, se agrupan las cadenas textiles importantes. Alrededor de esta calle establecimientos familiares de gran antigüedad y solera.

La zona tiene muchos encantos, de todo tipo. En sus alrededores se hallan varios Parques Naturales, ciudades de gran encanto visual como los Pueblos Blancos, playas inmensas, etcétera. Es una ciudad con un gran potencial turístico.



martes, 21 de agosto de 2012

FIESTAS DE SAN JUAN, Soria


24 de junio de un año cualquiera de un siglo cualquiera, hace 5.000 años:

- ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa aaaaaaaaaaaah!

Un escalofrío recorrió los bosques mientras el aullido de dolor se extinguía ahogado en sangre. Se acercaba el solsticio de verano.

Las risas de las vírgenes sagradas, embrutecidas por los alucinógenos, resonaron macabramente sobre un coro de gallos que cantaban a la luna. Un año más el ritual sacro se había cumplido, las sacerdotisas habian dado muerte a la víctima humana propiciatoria y, entre carcajadas motivadas por el exceso de setas consumidas, lo despedezaban.

- En el santo nombre de Gea, hágase la luz... En el santo nombre de Gea, hágase la vida... En el santo nombre de Gea, hágase...

La Luna, sonriendo abiertamente, asistía a la escena. Las vírgenes recitaban su letanía lentamente, pastosamente, mientras la víctima era transformada en carne de vida. Luego, cada una de las sacerdotisas cogió un trozo y corrió con él hacia un punto del horizonte.

Poco después los elementos de la naturaleza quedaron fecundados con la sangre de aquel sacrificio cruento y Gea, la diosa suprema, perdonó los pecados de los hombres. La noche, satisfecha la monoteísta divinidad, se evaporó rápidamente tanto que el 24 de junio, como siempre, se convirtió en la noche más corta del año. La especie llamada humana podía respirar tranquila, el castigo divino de la noche había sido retirado. Durante meses los días se fueron acortando y las tinieblas fueron ganando terreno, pero tras el sacrificio la tendencia debía invertirse.

El mundo había sido creado y existía bajo el dualismo luz-oscuridad. Bajo esa ideología se movían casi todas las civilizaciones del planeta y, anualmente en esas fechas, recurrían al sacrificio para ganar la voluntad de la deidad suprema. No son ideas tan extrañas, a fin de cuentas la mayor parte de la Tierra cree, actualmente, en religiones que se basan en la lucha entre la luz y la oscuridad. Y, como entonces, el bien siempre vence al mal.

La noche, ahora llamada de San Juan, significaba el punto de victoria sobre la noche. Y se festejaba el amanecer como se debía, considerando que la llegada de la cosecha estaba próxima. Y la cosecha era el maná que la diosa concedía anualmente para que los mortales sobrevivieran.

Un año más la humanidad estaba salvada por el sacrificio de un solo hombre. Nunca tan pocos salvaron a tantos.



24 de junio, de un año cualquiera de un siglo cualquiera, hace 3.500 años:


- ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa aaaaaaaaaaaah!

Risotadas salvajes recorrían el calvero donde las sacerdotisas eran degolladas. La sangre pura de aquellas vírgenes recorría los surcos de los betilos augurando una nueva mañana. Los hombres se echaron las manos a la cabeza, pues los bárbaros habían profanado los ritos sacros, y no habría otro amanecer.

Pero el sol salió puntual, dejando a todos boquiabiertos. Evidentemente Gea aprobaba aquel comportamiento, quizás castigara a las sacerdotisas por haberse relajado en su vida.

Llegó otra cosecha, y los hombres llegados desde el frío se aposentaron en aquellas tierras. Se aparearon con mujeres meridional e impusieron su ley. Con ellos llegó un Dios Supremo, que se convirtió en consorte de la Diosa Suprema.

Aquellos hombres tenían costumbres poco civilizadas y no respetaban nada. Los hombres se mezclaron con los dioses, ahora humanizados, y se multiplicaron. Con el tiempo los dioses masculinos marginaron a los femeninos.

Sin duda tales aberraciones eran agradables para el Gran Dios, pues cada año seguía llegando puntualmente la victoria de la luz y nacían nuevas cosechas que les proporcionaban el alimento sin el cual no era posible sobrevivir.

Se mantenía la costumbre del sacrificio, pero aquellos bárbaros llegados desde el frío no respetaron el sacrosanto sacrificio humano y lo sustituyeron por el sacrificio de un animal. Aunque algunos pueblos, que habían conseguido evitar su conqusta, como los egipcios, fenicios e incas, seguían practicando el civilizado sacrificio humano, los bárbaros cometían sacrificios impíos.

Uno de ellos, que les agradaba sobremanera, era el del sacrificio, tras un ritual burlesco donde se mofaban de la víctima saltando sobre ella y golpeándola con sus lanzas, de un toro. Aquel manso y noble animal, desde siempre consagrada a la Gran Diosa, era matado en la playa en un coso formado por los escudos de los guerreros. Desde el cielo la Luna, la forma visible de la diosa, asistía consternada a la muerte de su favorito cuyas astas eran consideradas trofeos. Esas astas con forma de luna.

Luego se formaba una gran hoguera donde se asaba al toro, despedazándole en trozos, mientras los más bebidos saltaban imprudemente sobre el fuego entre los vítores de los comensales.



24 de junio de 2005


- ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa aaaaaaaaaaaah!

Las 12 peñas entonaron el grito de guerra, vociferando a la luna. Los porrones se levantaron derramando zurracapote. Las fiestas de cada año comenzaban.

Soria, capital de la alegría, se preparaba para su fiesta grande, la de San Juan. Nos sentamos sobre el verde suelo, bajo un cielo de estrellas, y dimos buena cuenta de un nutritivo refrigerio. Los guerreros de las coplas sanjuaneras se retaban, como todos los años, dispuestos a morir en aquella incruenta batalla.


"Podrá faltarnos el pan
y podrá secarse el Duero,
pero arde Soria primero
si no hay fiestas de San Juan".

Soria, para esta exaltación de la fecundidad, se divide en doce barrios. Cada uno de ellos organiza una peña, cuadrilleros, jurados, mayordomos, secretarios, sacadores, etc.

El estreno se produce el primer domingo de mayo donde se celebra la fiesta del Catapán. Un segundo ensayo general se realiza en la Romería de Lavalenguas.

Y llegada la medianoche del 24 de junio Soria sale al monte de Valonsadero y comparte una comida al estilo tradicional, como siempre se ha hecho desde hace 5000 años, como muestran los dibujos rupestres de la Cañada Honda en la Dehesa de Valonsadero.

Tras la comida al calor del fuego la población saluda, alborozada la salida del Sol, el astro de la vida. Cada barrio, cinco días antes, ha comprado uno de los 12 toros que se van a lidiar el viernes, repitiendo un ritual mantenido desde hace 3.500 años. Mantenido con algunas interrupciones, a pesar del esfuerzo de las autoridades por eliminar esta antigua costumbre. La jerarquía eclesiástica ha llegado a dedicar las fiestas a la maternidad de la Virgen, solapando hábilmente la maternidad de Gea, y ahora las llaman de San Juan.

Pero la conciencia popular se sigue manteniendo fiel a los antiguos principios. y repite, ahora menos cruentamente, la costumbre celta del inhumano sacrificio del toro. Hasta tal punto ha calado el sustrato celta en la actual población que se reitera el esquema celtíbero de las doce tribus reunidas a la orilla del Duero.

El Miércoles, 29 de junio, la masa calla, a pesar de los vapores del zurracapote (esencialmente sangría de tinto con canela y frutas). El personaje elegido entona el Pregón a las once de la noche. Ya no queda excusa para divertirse.

El Jueves, 30 de junio, La Saca. Quienes se mantienen en pie marchan hacia el monte Valonsadero donde se hallan los doce toros que van a ser sacrificados. Es todo un espectáculo, porque el que puede lo hace en carroza o en caballo. En muy poco espacio se forma un aparcamiento descomunal y la muchedumbre acude a acompañar a toros y cabestros hasta la plaza de La Chata. Son sólo 6000 metros pero parece un mundo, sucediéndose los revolcones y los empujones entre gritos y risas. La risa, la alegria que desde siempre ha acompañado a esta fiesta de la luz.

El Viernes, 1 de julio, de Toros, se celebran dos corridas donde se realiza el sacrificio ritual de los toros, sin recurrir al tercio de picas, sin inutizarlos antes de las faenas.

El Sábado, 2 de julio, de Agés, se reparte una tajada cruda a cada cuadrilla y el resto de la carne de los doce animales es subastado. El Ayuntamiento interviene para que se cumpla la milenaria tradición: todos han de comer de la carne sagrada.

El Domingo, 3 de julio, llamado de Caridad por los obispos y de Calderas por el pueblo, se celebra la victoria de la luz. En época medieval las mesnadas volvían del frente andalusí y Soria se reunía en la Dehesa de San Andrés donde se compartían calderas llenas de carne de toro.

Al amanecer repican las campanas alegremente, despertando a Soria. Todos se visten con sus mejores galas y marchan a la Dehesa. El lugar está engalanado por artesanos municipales con charrerías florales y maquetas. Entre ellas el clásico muñeco de San Juan, cuyo final todos conocen.

Una vez allí se celebra la comida comunal, patrocinada por el Ayuntamiento que no puede permitir que alquien se quede sin comer.

Las peñas, que han llegado con dulzaineros, distribuyen entre los presentes el contenido de las calderas (carne de toro, huevos duros, pimientos) con un complemento de chorizo, pan y zurracapote. Todo soriano que se estime debe beber, o perderá para siempre su honor, un litro de zurracapote.
Tras la copiosa comida el ánimo invita a bailar y a divertirse con los chascarrillos y coplillas de las peñas.

El Lunes, 4 de julio, de Bailas. Continúa la fiesta. Nadie sabe cómo pero la noche pasó sin hacer ruido, tan sólo los más viejos se retiraron a descansar. La juventud no pudo porque la fiesta lo exige. Se dice que la moza sanjuanera marcea, porque Marzo es el mes en que la natalidad evoca ciertas promiscuidades.

Una vez entrado el día se realiza una festiva procesión por Soria y se merienda a orillas del Duero. Al anochecer toda Soria se traslada a la Plaza Mayor donde la banda municipal ambienta musicalmente la llegada del fin de las fiestas. Solemnemente todos cantan:




"Adios, adios, San Juan,
tus días ya se van,
adios, cuadrillas, jurados y mozas.
Adios, adios, San Juan,
tus días se van
cuatros, galleros y mozas.
Adios, adios, San Juan,
tus días ya se van
y nos quedamos llenitos de pena;
pena, penita que nos desconsuela
pensando que llega el Martes a Escuela;
pena, penita que nos desconsuela
pensando que llega el Martes a Escuela:"

Adios, San Juan, hasta el próximo año en que, por el bien de la humanidad, volveremos a comer del sacrificado para que vuelva a vencer la luz y se haga la vida.

lunes, 20 de agosto de 2012

TABLAO DEL BEREBER, Jerez de la Frontera

Jerez de la Frontera, 42 grados a la sombra.

- Qué calor hace, esto no hay cuerpo que lo aguante!

- Por qué no vamos a tomar algo al Bereber?

- Con esta temperatura? Nos vamos a asar!

- Venga, vamos, que está aquí al lado

Jerez, Plaza del Mercado (donde los campesinos acusados de terroristas de La Mano Negra fueron ajusticiados a garrote vil), julio de 2006.


- Vamos andando?

- Sí, está en la calle Cabezas, la que une San Mateo con San Lucas.

. Pues he pasado por ahí un montón de veces y yo no he visto ningún bar.

- Veréis qué bonito

Ante su insistencia los demás nos dejamos arrastrar por su entusiasmo. Este barrio jerezano está magníficamente conservado, pues sus habitantes se han gustado de mantener su sabor medieval. Aquí se hallaba el mercado, de ahí su nombre, y actualmente es un conglomerado de palacetes islámicos, Museos, palmeras y callejuelas de piedras y trazado irregular.

- Aquí es, en el número 10.

- Pero esto aquí no hay nada. Es un portón normal, como los demás de la calle. Te estás quedando con nosotros?

- Pasad y alucinad

Efectivamente, alucinamos. El portón daba paso a un pasillo de paredes de ladrillo, con arcos de medio punto y pavimento de losas. Tras dejar atrás un discreto control de seguridad entramos en un patio abierto que nos hizo creer que habíamos retrocedido en el tiempo.

Dos de las paredes eran murallas con almenas y restos de escudos heráldicos. En una de ellas había un pequeño jardín con una fuente y algunos ejemplares botánicos de gran altura. Muy hermoso y muy agradable el sonido del agua.

Las otras dos paredes del patio conforman una galería con estilizadas columnas de capiteles de castañuelas sosteniendo arcos de medio punto. En un piso superior ventanales con sabor a otros siglos.

Distribuidos por aquel espacio abierto una serie de mesas islámicas con sillas cristianas. Como si fuese una película, pero con la diferencia de ser un lugar fresquísimo donde nos olvidamos del tórrido calor de la calle.

Enfrente, en una de las galerías cubiertas una serie de pinturas, rescatadas de otras épocas, de carácter renacentista. Hechas con tal habilidad que a distancia parecían relieves.

- Buenas tardes, qué van a tomar?

- Pues vamos a tomar un poco de tranquilidad. Aquí se está estupendamente.

- Y de beber?

- Si no te importa, avisa a Marco. Es un amigo.

- Vale, en seguida.

Y, muy pronto, apareció sonriente el amigo Marco Antonio, con su barba al estilo Gasol. Delantal, pantalones vaqueros y camiseta con el emblema del local.

- Hola, no sabía que trabajabas aquí, Marco.

- Ya llevo una temporadita.

- Pero tú no estabas en el centro

- Sí, cualquier día me largo, esperando estoy a que me avisen para las pruebas físicas para policía. De momento, aquí me gano la vida.

- Esto es muy bonito, Marco.

- La mayoría de las casas de este barrio son así. Esta era la residencia de los Gaitanes. Como muchos edificios terminan en manos del ayuntamiento, en plan ruinoso. La vendieron por muy poco y en cuanto iniciaron las obras comenzó a aparecer de todo. Y el propietario se dijo: esto hay que ponerlo como estaba.

Un rato después Marco cogía las llaves del local y nos lo enseñaba entero. Salvo el patio delantero el resto se hallaba cerrado porque el Tablado Bereber se distribuye en ámbitos de uso diferenciado, una discoteca, un local flamenco, dos zonas vips y un patio trasero para celebraciones discretas.

Si alguien pasa por San Mateo le recomiendo que entre a tomarse algo. Pero si quieres reservar cenas-espectáculos flamencos como mínimo un día antes, y una comida al menos cuatro horas de antelación. Eso, si hay suerte, porque es un local con un inmenso éxito.

- Venga, vamos, os voy a enseñar el Bereber.
Y el amigo Marco fue abriendo puertas y encendiendo luces haciendo de amable cicerone dejándonos con la boca abierta a los que todavía no conocíamos dicho palacete.

- Esto dicen que se construyó en el siglo XVI. Al menos eso dice Laureano, el arqueólogo que trabaja al lado, en el Museo Arqueológico. Pero otros dicen que esto es del siglo XIII, reformado posteriormente por los señores cristianos que habitaron el edificio.

- Es muy bonito.

- La mayor parte de las casonas de este barrio de San Mateo son así, de estilo andalusí. Esto salió a subasta por ná y menos y ha sido todo un pelotazo. En cuanto comenzaron a picar los muros empezaron a aparecer pinturas y arcos. Lo primero que encontraron fue aquella columna del fondo Y menos mal que los albañiles fueron cuidadosos y no han roto casi nada.

- Se siente una en otra época.

- Ha bastado quitarle el yeso y la cal de años posteriores para que todo el palacete morisco surja en todo su esplendor. Esta bodega la utilizamos como discoteca, tiene otro patio de desahogo.

- Es muy fresquita.

- Sí, mucho, incluso en días de calor como hoy Seguidme por estas escaleras Esta sala es donde se celebran cenas-espectáculos. Sobre aquella tarima actúa nuestro cuadro flamenco. Tiene un aforo de unas 100 personas.

- Más o menos, hay diez mesas, entre columnas y arcos de medio punto, de unas ocho personas cada una. Debe ser un buen espectáculo, cuesta 95 euros por persona.
- De lo mejorcito que se puede encontrar en Jerez. Todos los días, excepto domingos y lunes que cerramos. Siempre llena, hay que reservar una semana antes por lo menos.

- Algún día me gustaría presenciarlo.

- Es una experiencia cuasi religiosa. En este entorno medieval, dentro de esta sala que parece mágica y con una cena de categoría el flamenco suena y resuena como en ningún otro sitio. Seguidme. En la plana superior una zona Vip. Bonita, eh?

- Preciosa. Divanes, cojines, decoración árabe, esas lámparas tan hermosas, una atmósfera tranquila. Aquí deben volar las horas sin darse una cuenta.

- Se ve el espectáculo flamenco desde estas barandas, en la planta de abajo. Este es el mejor lugar del Bereber para una tertulia tranquila o para tomarse una copa tranquilamente Vamos al otro lado.

- Sí, vamos, estoy impresionada. Este local es mucho más de lo que aparenta.

- En este patio realizamos algunas celebraciones como comuniones, despedidas de solteros o solteras, etcétera

- Despedidas? Con?

- Con todo, naturalmente. En este local adjunto, suelen haber discretos espectáculos para esos momentos especiales. El patio tiene salida directa a la calle.

- Es precioso, tanto el patio como el localito. Y tan distinto al resto del Bereber.

- Aquí se ha intentado que cada sala tenga un ambiente distinto. Por estos pasillos se llega a otro de los patios. Este se utiliza poco, pero también es muy bonito.

- Vaya, ya estamos de vuelta. Todo precioso, gracias, Marco.

- De nada, Ana. Voy a traeros algo de beber, hasta luego.

- Hasta luego, Marco Antonio, dejemos que el tiempo repose tranquilo entre palmeras, almenas y fuentes. No hay prisa, o no debiera haberla nunca en este paraíso.

Aquella fue mi primera vez. Desde entonces, cada vez que visitamos la casa de un amigo que tenemos en el barrio de San Mateo, solemos irnos los cuatro al fresquito del patio delantero del Bereber. Un local abierto a finales del año pasado que lleva camino de convertirse en una de las enseñas de la historia de Jerez.

Yo lo recomiendo, una consumición allí vale igual que en cualquier otro establecimiento y no es un establecimiento cualquiera. Es el Tablado Bereber, nada menos, un local para soñar con los ojos abiertos.